miércoles, 7 de diciembre de 2011

“Hemos hallado la maleta”


“Hemos hallado la maleta”


¿Es el titular “La maleta francesa” (The french suitcase) una aportación novedosa que han hecho ‘los americanos’ (sic, LV 4-12-2011, p. 50) en la exposición Centelles > in_edit_¡oh! para vincularla conThe mexican suitcase?

Según un reconocido fotográfo y teórico, así es. Para el gran teórico, y sus correspondientes amigos-expertos,  “recuperar una maleta siempre es motivo de alborozo” para los que “viajamos con frecuencia”. Desde el plural mayestático que usa nuestro teórico, y que después él mismo censura (hay que ver que la falta de rigor que tienen algunos teóricos en sus artículos), intentamos responderle.

Puede ser que algún reconocido profesor y teórico haya perdido alguna vez una maleta; posiblemente crea que la ha encontrado en el subtítulo de la exposición de Centelles en Nueva York. Si es así, es que nuestro querido teórico lleva poco bagaje, o sea no conoce en profundidad  la obra de Centelles, sobre la que se explaya desde el mostrador de Objetos Perdidos rellenando un formulario ¿planfleto?, ¿consigna patriótica? , ¿estómago agradecido? a doble página que es coreado por sus amigos, que también deben de ser expertos en perder maletas. ¿Será que no sabe rellenar él solo el formulario? El departamento de Objetos Perdidos le brinda ayuda.

Un examen de su reclamación muestra el experto perdió la maleta en su juventud, en el desconocimiento de la obra de Agustí Centelles.  Ni el extraviador de maletas ni el resto de corifeos jamás han repasado imagen a imagen todo  archivo de Agustí Centelles, (bueno con que solo repasaran cinco mil ya sería bastante). Pero no es el caso.  Si solo pasamos fotos mecánicamente, cinco mil fotos nos ocuparían dos días. En el archivo Centelles hay casi el doble. Esto viene al caso, porque explica el desconocimiento general de sus queridos expertos y el suyo en la descripción de la maleta y su contenido.

¿Dónde perdió el teórico su maleta? ¿En Nueva York? No. En el desconocimiento de la obra de Centelles. ¡Eureka! ¡Ya sabemos de qué pie cojean! Ahora, si me permite, o si nos permite mayestáticamente, pasamos a describirle la maleta que el desconocimiento perdió y la cultura encontró.

La descripción la encontramos en unos párrafos de un libro que se publicó en catalán y castellano  en el año 1979. Cuando usted posiblemente no alcanzaba el cuarto de siglo de existencia. El texto es de un escritor especializado en temas históricos, catalán, Eduard Pons Prades, y las fotos de  Agustí Centelles. El título es “Anys de mort i d’esperança / Años de muerte y de esperanza”.  Editado por Blume, en Barcelona, y Altalena Editores, en Madrid.

Después de una breve introducción, en la página 10 (versión española) y página 11 (versión en catalán) aparecen los siguientes subtítulos.

HISTORIA DE UNA MALETA / HISTÒRIA D’UNA MALETA

Copio el texto, por si acaso corresponde con la maleta que posiblemente se  haya encontrado en Nueva York. Literalmente, será el de la página 10.

Página 10

“Historia de una maleta

“A principios del año 1976 nuestro amigo y compañero Agustí Centelles recuperaba, para nuestra historia –tan silenciada, adulterada o falsificada--, una maletade cuero repleta de cajitas de cartón. En su interior, cuidadosamente envueltos, se encontraban unos cinco mil clichés fotográficos. Era, poco más o menos, la producción de Centelles, como reportero gráfico independiente, en tres épocas de nuestra reciente historia […]. La historia de esta maleta empezó el día en que Centelles recibió la orden de preparar la evacuación, desde Barcelona hacia Gerona, de los archivos de los Servicios Cinematográficos del Ejercito del Este republicano, en cuya organización él había intervenido desde los albores de 1938, después de la batalla de Teruel […]. A la vez que nuestro amigo acondicionaba debidamente los archivos oficiales, empaquetaba su colección particular y la encerraba en una maletade cuero de esas que se utilizan para los grandes viajes […]. Cuando llegó el momento de franquear la frontera, Centelles tuvo que cargar con ella, con su impedimenta personal, y trajinarla a lo largo de treinta y tantos kilómetros.”

En las página siguientes el texto de Eduard Pons Prades sigue haciendo referencia a la maleta de Centelles.

Sí, señor teórico, ‘los americanos’ no han sido los que han descubierto la maleta de Centelles. La referencia a la maleta de Centelles ya existían desde el año 1976 cuando recuperó su archivo, y el libro que he citado corresponde al año 1979. Sí la maleta de Centelles ya existía en los medios de comunicación cuando usted, apreciado teórico, rondaba un poco más de la veintena de años. No me extraña que la haya descubierto ahora, en un subtítulo en una exposición en Nueva York.  Pero nunca es tarde, para recuperar la maleta o las alforjas, dependiendo lo que uno lleve en su interior.

Y sin despreciar a los ilustres fotógrafos cuyas obras aparecen en La maleta mexicana, recordar que la maleta de Centelles comenzó su éxodo en el año 1939. Que nunca estuvo perdida, que Centelles la mantuvo oculta por lealtad a sus principios ideológicos, a las personas que aparecían fotografiadas y que podían se represaliadas. Incluso, no pudo publicarlas en el extranjero, puesto que eran accesibles a la prensa del régimen. Tuvo que esperar a 1976. Centelles nunca se vendió al régimen, como hicieron otros ilustres compatriotas. Tampoco pactó ni aduló a la nueva clase política catalana; lo que le costó caro. No lo digo por el Molt Honorable President Jordi Pujo, l lo sigo también por su antecesor, el Molt Honorable Josep Tarradellas. ¡Cuántas veces aparece fotografiado Tarradellas en las fotos de Centelles, y tan de cerca! ¡Y qué recompensa recibió Centelles! Pero esa historia ya la conocemos todos, excepto que, en el caso de algunos otros, en vez de maletas lleven alforjas, y encima las perdamos.

Si han llegado hasta aquí, gracias. Si se han sentido mencionados, piensen que el artículo en sí un ejercicio ¿teórico?

P.D.: Me comunican desde el mostrador de Objetos Perdidos que ellos ya tenían constancia de la existencia de esa maleta. Pero como han cambiado la ubicación del mostrador y a las amables azafatas de antaño por otras de reciente subvención, no habían caído que en este mismo mostrador verdaderos expertos y no teóricos habían rendido homenaje a la maleta, al contenido y a su autor. El formulario lleva la siguiente referencia: LV, martes, 3 de diciembre de 1985.¡Compruébenlo, por favor! ¡Si tan siquiera conociéramos los formularios que rellenamos, pero claro para esta fecha posiblemente usted acababa de cumplir treinta años. ¿No cree que le han utilizado como portador de las alforjas de otros? Geográficamente muchas fuentes cubiertas  y las minas subterráneas del bajo Maresme o están secas o con  agua no potable.

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