lunes, 18 de junio de 2012

Los pupilos de Helmut Newton


Los pupilos de Helmut Newton desnudan al maestro

Los tres únicos asistentes que tuvo el fotógrafo, a quienes tomó bajo su tutela, hablan para EL PAÍS sobre la exposición 'Three boys from Pasadena', con la que le rinden homenaje

Helmut Newton cambió la forma de mirar a la mujer y de fotografiar la moda. Su impronta ha marcado la apariencia de las revistas y la carrera de muchos fotógrafos. Pero aunque algunos reconozcan la influencia del controvertido artista alemán en su propio trabajo, solo tres personas pueden presumir de haber tenido a Newton tenido como mentor. Son Mark Arbeit, George Holz y Just Loomis, “los tres chicos de Pasadena”, tres fotógrafos a los que aquél apadrinó en 1979 y que ahora han decidido rendirle un homenaje con la exposición Three boys from Pasadenaque, desde este jueves y hasta el próximo 24 de agosto, se puede visitar en el Art Center College of Design de esa localidad californiana.
“La muestra estuvo antes en Berlin, París, Nueva York y Colonia”, cuenta en un correo electrónico Holz. “Pero esta última duplica el tamaño de la original y contiene instantáneas de Polaroid, notas manuscritas y objetos de Helmut que nunca se ha expuesto antes. Para nosotros, que ahora haya recalado en California, donde conocimos a Helmut y donde comenzamos a trabajar con él, es muy especial”, puntualiza.
La exposición incluye el trabajo propio de cada uno de los tres fotógrafos y material inédito. “Hemos incluido una sección para mostrar al público nuestra faceta más comercial, lo que estamos haciendo para revistas o para publicidad, y un apartado ‘vintage’ con fotos Polaroid de nuestros primeros trabajos en el mundo de la moda”, explica vía email Arbeit. Three boys from Pasadena pretende acercar al público una visión nueva de Newton a través de las miradas de sus pupilos. “Solo tuvo tres asistentes, todos mantuvieron una relación única con Helmut. Se convirtieron en sus hijos -cada uno con su propia voz-. Fue un momento importante en sus vidas y yo fui testigo”, escribió la viuda de Newton, June, en una nota de prensa con motivo de la muestra.
El encuentro entre ellos se produjo en 1979. Arbeit compaginaba sus estudios en el Centro de Arte de Pasadena con la realización de fotos de moda en una boutique de Rodeo Drive, cuando escuchó que Newton iba a visitar un establecimiento de Beverly Hills. Avisó a Holz y ambos esperaron al fotógrafo durante horas hasta que se dejó caer por el local. Intrigado por el entusiasmo y la admiración de esos jóvenes hacia su trabajo, Newton los invitó (junto a Loomis) a su hotel para enseñarles algunas de sus fotografías. Los estudiantes pasaron a ser sus asistentes y luego cada uno siguió su camino, relacionado, de alguna manera, con el mundo de la moda, como su maestro.
La influencia de Newton recorre las 150 imágenes que conforman la exposición como un ADN común. Ninguno de sus discípulos niega la influencia del maestro en su obra. De hecho, tratan de incorporar sus pautas de trabajo a su forma de abordar la fotografía. “Él se fijaba solo en el sujeto. Es lo mismo que yo trato de hacer con mis instantáneas de calle o en mis retratos: disparar de la manera más directa y sencilla posible hacia lo que quiero capturar”, explica Loomis en un correo electrónico. “Helmut trabajaba de manera muy sencilla”, corrobora Holz. “No usaba muchos focos, casi siempre empleaba luz natural. Me gusta llamar a esa técnica “oscuridad disponible” y yo trato de aplicarla a mi trabajo personal. En el comercial siempre dispongo de un sistema de iluminación bastante complejo, por eso prefiero la simplicidad y la libertad que me aporta la luz natural para mi obra más íntima”, concluye.
Los tres valoran haber trabajado tan estrechamente con Newton, con quien nunca perdieron el contacto en los 25 años que duró su relación,hasta la muerte del artista en accidente de tráfico en 2004. “Vio algo puro e inocente en nosotros, pero también supo reconocer nuestra dedicación y constancia y nos dejó formar parte de su mundo”, comenta Arbeit, quien tiene como uno de sus mejores consejos profesionales una crítica que Newton le hizo en Milán. “Yo entonces publicaba unas 20 páginas en revistas de moda, le llevé mi trabajo a Helmut y solo me dijo que “estaba obsesionado con el papel cuché”. Desde entonces decidí que todos mis trabajos los iba a rodar en exteriores y siempre contando historias. Fue la mejor recomendación que alguien me ha dado en toda mi carrera”.
Formarse al lado de Newton, además de un privilegio para los tres fotógrafos, se convirtió en una fuente inagotable de anécdotas y recuerdos. Loomis explica que, desde que acompañó al artista a una sesión de fotos de Daryl Hannah para la edición americana de Vogue en Malibú, siempre que hace retratos en esa localidad, en la que también reside, es imposible para él no acordarse de Helmut. “No puedo olvidar cuando tuvimos que fotografiar a Van Halen para la portada de uno de sus álbumes. ¡Tuve que encadenar a David Lee Roth”, cuenta Holz. Arbeit, por su parte, se queda con el día en el que conoció a Keith Richards en Roma. “Helmut tenía que fotografiar a la mujer del guitarrista de los Stones, Patty Hansen. Patty y él se entendían tan bien... Helmut no paro de hacerle fotos desde todos los ángulos posibles hasta que logró captarla en una de esas posturas hercúleas tan de Newton”.

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