miércoles, 19 de septiembre de 2012

Imogen Cunningham, erotismo en las plantas


El erotismo de las plantas

La Fundación Mapfre expone 200 fotografías de Imogen Cunningham

Con 92 años, en 1976, inició una serie de fotografías de ancianos que la muerte le impidió acabar. El proyecto da idea de la vitalidad y el afán de innovación que acompañaron a esta mujer desde que en 1906 compró su primera cámara. Para entonces,Imogen Cunningham (1883 Oregón - 1976, San Francisco) se había convertido en una de las artistas más influyentes e imitada por varias generaciones de jóvenes fotógrafos. Los interiores de sus sorprendentes desnudos, sus personajes de la calle o sus retratos de celebridades, formaban ya parte de la historia de la fotografía. La Fundación Mapfreofrece en su sede de Azca la mayor retrospectiva dedicada a Cunningham en España.
Estudiante de química, recurrió a la enseñanza por correspondencia para desentrañar el manejo de las cámaras. Un autorretrato desnuda en el campus fue su peculiar forma de anunciar de que la joven fotógrafa se atrevía con todo. De forma aparentemente sencilla fijó su objetivo en los interiores de las plantas y jugó con las flores hasta conseguir composiciones cargadas de erotismo. Los cuerpos desnudos, en cambio, parecen un amontonamiento caprichoso en el que los pechos asoman en medio de un bosque de brazos y piernas.
Celina Lunsford, comisaria independiente ha recreado la trayectoria artística y vital de Cunningham a través de 200 fotografías, algunas de ellas nunca expuestas. Organizadas por temas, la fotógrafa queda retratada como devoradora infatigable de imágenes y una experimentadora contumaz.
En sus comienzos, apartado que ofrece un número de obras inéditas, se muestra su pasión por el paisaje y su gusto por los juegos de luces y sombras sobre las arboledas. La arquitectura y las caprichosas formas de los edificios industriales de mediados del XX llenan una buena parte de la exposición.
Las composiciones abstractas y cubistas con vegetales y personas se alternan con personajes de calle, niños y mayores, a los que Cunningham realiza sus famosas fotografías robadas. El último apartado está ocupado por su obra más conocida. Son retratos realizados para Vanity Fair en los que aparecen los nombres de los más adorados del cine, el teatro y la danza del siglo XX: Martha Graham, Cary Grant, Joan Blondel o Spencer Tracy.

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