sábado, 1 de septiembre de 2012

Campo de aviación de Albalatillo, cerca de Sabiñanigo, frente de Aragón... agosto de 1936, un periódico editado en el propio frente.

Campo de aviación de Albalatillo, cerca de Sabiñanigo, frente de Aragón... agosto de 1936, un periódico editado en el propio frente.

"Alas rojas", el periódico de la aviación republicana del campo de Albalatillo.
Foto: Agustí Centelles i Ossó
(c) 2012 Archivos Estatales, MECyD, CENTRO DOCUMENTAL DE LA MEMORIA HISTÓRICA, Salamanca.

Investigación: artdocumenta



Octavi Centelles (hace 1 segundo)
Alas Rojas. Portavoz de la Aviación en el frente aragonés
www.cazarabet.com/esi/3/#alasrojas
Fuente: Diario del Alto Aragón (publicado los días 14 y 21 de marzo) - Autor: Bizén d’o Río Martínez
Aunque el Gobierno de la República consiguió retener bajo su mando la mayor parte de las Fuerzas Aéreas disponibles al producirse el levantamiento, los 225 aviones de combate, de un total de 450 aparatos con que aquellas contaban, eran modelos anticuados y mal pertrechados. Su personal, además era insuficiente y en su mayoría no estaba debidamente preparado. Nos dice el escritor y futuro ministro de Cultura francés André Malraux. Pero a pesar de todo, el 2 de agosto de 1936 se habilitaba el que sería aeródromo de Sariñena. Estaba situado al Sur de la población y al Norte de Albalatillo, lindando con la carretera de Bujaraloz y el río Flúmen, quedando dividido por la carretera secundaria de Albalatillo-Sariñena y configurado con el campamento de tiendas y servicios en la parte Este y el campo de vuelo o pista en la parte Oeste. En ella comenzó a evolucionar un Vickers que pilotado por Torres y Prieto, despegaba para bombardear Tardienta y La Zaida. Quince días después, el 18 de agosto, se reciben en Sariñena un Breguet, tres Nieuport, y un De Havilland, que se completará ésta dotación con un Fokker, un DH89, dos DH 84 y un De Havilland ligero. Nueve días más tarde, es decir, el 27 de agosto de 1936, nacía el primer número del que sería el periódico del campo, “Alas Rojas” constituyendo un caso de reacción único en la historia de la contienda civil, ya que en el escaso plazo de un mes, se había conseguido tanto preparar el campo de aviación o aeródromo, como el crear toda la escuadrilla con la infraestructura necesaria. Y sobre todo esto, el llegar a poner en circulación un periódico semanal, que bajo la cabecera en la que separaba el nombre, la estrella de cinco puntas, sobre línea gruesa negra destacaban las siglas P.S.U. - U.G.T..
Una auténtica aventura comenzaba en Sariñena cuando recibieron un pequeño periódico titulado “El Miliciano Rojo”, editado por las milicias del Cuartel Carlos Marx, fue leído con avidez y despertó el interés por tener el campo uno propio. A tal efecto se reunieron Franco Quinza, García, Loroño, Mañosa, Navarro, Tortosa, Lago, Campos, Torá y Teixell, siendo aquella noche cuando salían comisionados tres de ellos para llevar una pequeña imprenta en la que tirar el boletín. Ya montada la imprenta compuesta por una Minerva y un comodín , más una pequeña guillotina a mano, el periódico era compuesto en tipografía a mano, contando para su tiraje con un maquinista, Pascual García, un cajista en la composición Rafa, que más tarde tendría que ser ayudado por Murall, Menchón, Camprubí y Saez. El pequeño aparato directivo de la publicación, estaba compuesto por Senarbe y Teixell como redactores, García de administrador, Arnau de ayudante, más un muchacho de 18 años Conrado Suazo, que como chofer fue asignado junto con un “opel” para llevar a los redactores y hacer el reparto de los números.
En tamaño cuarto y con ocho páginas a dos columnas, incluyendo fotografías e ilustraciones presenta en primera el editorial de clara línea formativa, le siguen en páginas interiores la sección “Colaboración espontánea” que acoge diferentes trabajos tanto de información, como de opinión, más otra sección dedicada a “Prensa extranjera” en la que se presentan trabajos publicados en diferentes periódicos, pero sí relacionados con temas u opiniones antifascistas. Una sección dedicada a “Juventud” , otra titulada “La guerra en la retaguardia” y poco más, pues se trata de una publicación sencilla pero que cumple su misión informativa. Así es como llega al mes de noviembre en el que con su número 11 y correspondiente al sábado día 5 , saca un extraordinario dedicado al VIII Congreso de los Soviets. En primera y con un editorial titulado “U.R.S.S. espejo del mundo entero que se prolonga y llena tres páginas, acompañado con grabado que muestra la imagen de Stalín, le sigue en la sección de “Prensa extranjera” un interesante artículo publicado en “Il Grido del Popolo” titulado ¡La Italia de Garibaldi tiende la mano a la España de la Pasionaria!. Se informa entre sus páginas del desarrollo del Congreso que se está celebrando en la Unión Soviética, nación que se anuncia va ha contar en unos días con una nueva Constitución, además de unas declaraciones de Stalín en las que asegura “Ha quedado liquidada la clase explotadora”. Puede leerse entre sus páginas un trabajo sobre “socialismo y Democracia” junto a otro con el interesante titular de “El campesino, en régimen capitalista, es víctima de los especuladores y usureros”, además del que se encuadra bajo el titular “La U.R.S.S. lucha por la paz en el mundo”. Cerrándose con el saludo de “Alas Rojas” y la última página con la sección “Página de la Juventud” que en este número está dedicada a el deber de la mujer que es firmada por Anita Lóriz de las juventudes unificadas de Barbastro.
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El semanario va llegando número tras número con abundante información y lo hace gracias al esfuerzo de los suscriptores. Puede decirse que de todos los periódicos de trinchera, de todos los publicados en el frente, este es el que contó con más ayudas económicas. De todas partes llegan fondos para ayudar a su publicación: los Camaradas Oficiales de la Legión Roja, casa comerciales de Barcelona como la S.E.U.C y la Colectividad de Cros, Radio XIII del P.S.U.C., la Célula La Razón, recaudaciones que se efectúan en varios pueblos, etc., incluso les llegan donativos en especie, huevos y alguna ave de corral que sus simpatizantes de los pueblos altoaragoneses les envían a los pilotos y a los “chicos” de la imprenta. Todo queda reflejado en sus páginas, al igual que las interesantes informaciones acerca de ese “raid” de los aviadores soviéticos entre Moscú y Nueva York.
Publicaron hasta el número 23 a primeros de marzo de 1937, momento en el que por necesidades de la guerra, casi cesan, pues entran en un lapso de tiempo que junto con la reestructuración del Ejército del Este, y la Ofensiva en los Frentes de Aragón, se ha puesto de relieve la falta de un medio de comunicación unificado, siendo este momento en el que por parte del Subcomisariado de Prensa y Propaganda, del Comisariado General del Ministerio, se decide que el semanario “Alas Rojas” pase a ser el “Portavoz de la Aviación en el Frente Aragonés”, figurando ello como subtítulo bajo su cabecera. Un notable cambio que comenzaría con el traslado de la imprenta y montando un nuevo taller donde tirar esta publicación.
El 19 de julio de 1937, aniversario de la sublevación militar-fascista, aparece el primer número de la segunda época de “Alas Rojas”, que ha dejado de lucir en su cabecera junto a la fecha el nombre de Sariñena, la capital monegrina, para figurar la capital del Segre, Lérida. Sale a la luz en tamaño folio y con ocho páginas a tres y cuatro columnas, en las que se incluyen encuadres en los que destacará algunas noticias, como también dibujos y grabados para ilustración de los textos, además de alguna fotografía con la que hacer más completa la información de determinados momentos de lucha. Ya no se prepara solo desde Sariñena, sino que personal del Aeródromo de Lérida participa activamente en la preparación y edición, siendo realizada su impresión en los talleres de la Imprenta Alas Rojas, que está ya situada en Artesa de Lérida.

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