jueves, 8 de agosto de 2013

Rafael Sanz Lobato, 1960-2008.


Documentando España

Virginia Hernández | Vídeo: Daniel Izeddin y Virginia Fernández
Fue ver la serie que Eugene Smith hizo en Deleitosa, en Extremadura, en los años 50 y Rafael Sanz Lobato (Sevilla, 1932) decidió que por ahí irían sus derroteros. El fotógrafo, que entonces trabajaba en una compañía estadounidense en Madrid como perito industrial, cumplía con su horario de lunes a viernes -privilegio del origen de su empresa, porque entonces sólo se libraba los domingos- y durante el fin de semana se dedicaba a documentar España. Una labor que puede verse de forma reposada en una retrospectiva en la Real Academia de San Fernando. [MÁS FOTOS]
Con las Nikon a punto y su Seat 600, recogía sobre todo esa España en fiestas. Las verbenas y celebraciones tradicionales que, modernidades aparte, aún perviven en cualquier pueblo. Rafael, que recibió el Premio Nacional de Fotografía en 2011, tomaba las fotos sin preguntar y pasaba lo más desapercibido que podía. No aceptaba poses estudiadas ni previas medidas al milímetro. Era un disparo en el momento justo.
Viernes Santo. Bercianos de Aliste, 1971 © Rafael Sanz Lobato, VEGAP
Hace una década, cuando trabajaba precisamente en la organización de una exposición de Eugene Smith, se percató de que el de Kansas sí preparaba sus imágenes: fuera la del cadáver, la de los guardia civiles con sus tricornios o la del pastor y las cabras, "que parecían con las patas atadas al suelo". Una decepción que, a la vez, le convertía en un pionero.
"Me disgustó y tengo que reconocer que mi admiración hacia él bajó muchísimo", asegura entre imágenes como las tomadas en el auto sacramental de Camuñas (Toledo) en 1970 o esa Rapa das Bestas en la provincia de Pontevedra, en la que se situó justo donde entraban los caballos salvajes. Él y la cámara acabaron llenos de polvo y con más de 50 moscas muertas dentro de la camiseta interior.
Miranda del Castañar, Salamanca, 1971 © Rafael Sanz Lobato, VEGAP
"El documentalista tiene que trabajar de una manera camaleónica. No puede ir vestido con ropajes llamativos y mejor que la cámara sea negra. Jamás he pedido permiso y a veces la gente se paraba incluso para posar. Yo les decía 'no, sigan. No me miren'. Hay que respetar las cosas como son, no hay que maniobrar nada".
En una ocasión, sí recuerda, que dos señoras de Miranda del Castañar, en Las Batuecas, en Salamanca, se taparon la cara. Sólo ahí notó que se metía en una intimidad a la que no estaba invitado. La muestra, que estará abierta hasta el 8 de septiembre, recoge ese trabajo que ha inspirado a tantos fotógrafos posteriores, como a la miembro de Magnum Cristina García Rodero. Una comida, una procesión, un partido de fútbol o un baile. Unas escenas que, hoy también, se siguen sucediendo.
'Rafael Sanz Lobato. Fotografías 1960-2008'. Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (C/ Alcalá, 13. Madrid). Horario: de martes a sábado de 10 a 14h y de 17 a 20h. Hasta el 8 de septiembre. Entrada gratuita. Organiza la subdirección general de promoción de las Bellas Artes.Ministerio de Educación, Cultura y Deporte

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