martes, 27 de noviembre de 2012

el 'boom' por las piezas inéditas


La crisis desata el 'boom' por las piezas inéditas

LA DEVALUACIÓN EN EL MERCADO SE DEBE A "UNA GRAN CANTIDAD DE OBRA"

La crisis desata el 'boom' por las piezas inéditas

Una aficionada contempla un retrato de Warhol por Oliviero Toscani. (EFE)
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13 millones de euros por 356 obras y decenas de ellas se quedaron sin vender. La última subasta de obra de Andy Warhol, celebrada el mes pasado en la delegación de Christie's en Nueva York, acabó llamando la atención de los compradores de medio mundo, pero no por los motivos que hubiera querido el genio neoyorquino. Solo por Three Targets la fundación que lleva su nombre esperaba recaudar un millón y medio de dólares, y el retrato en negativo de Linda Cossley se valoraba en torno al millón. Nadie llegó siquiera a superar la puja inicial.
La firma del padre del pop art ya no es lo que era. Y parece que no se trata solo de la falta de fuelle en el mercado o del efecto de la recesión económica en pujas y subastas. Según los expertos, el aparente destronamiento del rey Midas del mercado tiene mucho que ver con la reciente publicación de una colección de 300 bocetos originales que Warhol pintó en la década de los cincuenta, muchos de ellos desconocidos por los expertos y valorados en más de 150.000 dólares cada uno. No se trata de que este nuevo tesoro acapare la atención del cliente warholiano; de hecho, se trata de que la disminuye.
Fiebre por lo inédito
Para entender por qué hay que remitirse a otras experiencias similares, y no será por falta de ejemplos. Desde el inicio de la recesión económica conocemos una obra más de Brahms, dos sonatas nuevas de Vivaldi, una traducción de Jovellanos y hasta dos páginas nuevas de El Principito de Antoine de Saint-Exupéry. Y el boom se agudiza conforme lo hace la propia crisis. Solo en lo que llevamos de año han aparecido tres dibujos nuevos de Modigliani, dos piezas de Mozart y una de Beethoven, una de Picasso y nada menos que 100 obras de Caravaggio. Y por supuesto, la indiscutible reina de este boom de lo inédito: la Mona Lisa de El Prado, coetánea de la original y atribuida a un discípulo de Leonardo Da Vinci. Parece claro que la crisis favorece el redescubrimiento de grandes artistas cuyos manuscritos, partituras y bocetos brotan por arte de magia en los archivos de los museos, los fondos de las universidades y los desvanes de coleccionistas.
Consuelo Durán, de Duran Arte y Subastas, confirma que aunque el fenómeno siempre ha ocurrido –"por fortuna para el mercado del arte"–, la ocasión económica "sí puede propiciar la aparición de nueva obra inédita de artistas consagrados, acuciada por la necesidad de vender". Y que tal puede influir en la depreciación del propio artista, aunque matiza que "la devaluación no está tanto en la obra inédita como sí en que haya una gran cantidad de obra". Depende en gran medida, explica Durán, del propio creador.
En enero de 2010, el hijo de Pablo Picasso y administrador de su herencia, Claude Picasso, se enfrentó a una maleta entera llena de pinturas desconocidas de su padre. Nada menos que 271 obras valoradas –a la baja– en un montante cercano a los 60 millones de eurosPierre Guennec, el antiguo electricista del pintor malagueño, las había conservado en secreto, asegurando que el propio Picasso se las había regalado antes de morir en 1973. El francés está hoy imputado y a la espera de juicio, acusado de robo y delatado por un detalle crucial: Picasso, que en efecto regaló mucha obra a sabiendas de su valor, firmaba y fechaba puntualmente cualquier obsequio, consciente de que la rúbrica aumentaba su precio. La mayor parte de las obras de Guennec, no obstante, carecían de firma o dedicatoria alguna.
¿Veremos las obras de Picasso devaluadas con el tiempo? Durán piensa que no. "Picasso fue muy prolífico y sobre todo, es un artista de primera categoría. Además, atravesó varias épocas artísticas, y en su caso, la primera no es la más cotizada". El padre absoluto del cubismo, según ella, está a salvo, como muchos otros menos significados, pero sí más antiguos. "La aparición de obras inéditas es menos usual cuanto más antiguo es el artista, y por esa razón suelen contribuir a la revalorización de algunas de sus propias obras".

Cuestión de rigor científico

No por verse agudizado por la crisis este fenómeno deja de ser nuevo. Esta misma semana se hacían públicos los resultados de un estudio según los cuales, la mitad de los grabados que se atribuyen a Rembrandt no son suyos. Según los conservadores del Rijksmuseum de Amsterdam, fueron impresos tras su muerte por terceros.

 
El maestro del claroscuro del realizó entre 1625 y 1665 un total de 315 planchas de cobre que llegaron a manos de terceros tras su muerte. Después de estudiar 18.000 grabados que se pensaba que habían salido de los talleres de Rembrandt, los conservadores Erik Hinterding y Jaco Rutgers aseguran que la mitad no fueron impresos en vida del artista, ni bajo su dirección.

"Hay que coger estos estudios con alfileres", advierteManuel Casal, experto en arte. "Los museos, las galerías y las casas de subasta tienen muchos intereses, de millones de euros, puestos en sus obras". Los estudios sobre la falsedad y la autenticidad de pinturas, esculturas y manuscritos, sostiene, "deberían estar en manos de profesionales independientes que siguiesen un riguroso método científico". Si no, explica, "siempre existirá la sospecha de que están hechos a la medida de quien los paga, que suele ser el propietario de la obra".

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