"Siempre escoges muy bien lo que fotografías y vas buscando fotos que transmitan mucho, con
mucha sensibilidad, con
muchas emociones... Lo que no esperaba es que esta imagen pudiera tener esta repercusión", explica Aranda, que considera "excesiva" la comparación que se ha hecho de su trabajo con 'La Piedad'. "Miguel Ángel ha sido uno de los grandes artistas de nuestra Historia, y esto es una fotografía documental, en la que en ningún momento intervengo yo. Pero
me gusta que gracias a este debate Yemen vuelva a las noticias".
Samuel Aranda.
La imagen captó un momento muy íntimo, el dolor de una madre cuidando de su hijo herido. "Por eso creo que la han elegido, porque muestra un lado muy humano de lo que han sido las revueltas árabes", reflexiona el fotógrafo catalán (Santa Coloma de Gramanet, Barcelona, 1979), que a través de un amigo periodista yemení conoció a Fátima y Zayd tres días después de anunciarse el galardón. "Me recibieron en su casa, charlamos, tomamos unas pastitas, hablamos del Barça, de Messi, incluso de arquitectura, porque él conocía la obra de Gaudí. La sociedad yemení me ha enamorado. Te dan lecciones de vida, de honestidad, de amabilidad... Tienen una gran conciencia de ayudarse unos a otros, tenemos mucho que aprender de ellos".
La foto de Aranda es 'La imagen del año' seleccionada por el prestigioso certamen mundial de fotoperiodismo
World Press Photo.
Se impuso entre 101.254 imágenes de 5.247 fotógrafos de 124 países. Quizá porque nadie es profeta en su tierra. O porque el fotoperiodismo en España aún no tiene el reconocimiento que debiera. "En los medios de comunicación extranjeros tienen una conciencia muy fuerte sobre la fotografía, lo que no entiendo es lo que pasa en
España, siempre a la cola de todo. No se apuesta por el fotoperiodismo, no hay revistas especializadas en documental, no hay mercado ni gente interesada...". Orgulloso de su premio, lo dice con cierta tristeza.
La magia de la ciencia
La fotografía 'Heteropoda' (segundo premio WPP en la categoría de Naturaleza) muestra un ejemplar femenino de Pterosoma Planum, un espécimen que solo existe en el Océano Pacífico que no es fácil de encontrar y que el español Joan Costa atrapó con su lente el 7 de marzo de 2011. "Para mí, esta imagen transmite la magia de la ciencia, el desconocimiento que tenemos todavía de los seres marinos", explica el autor. "Estamos muy familiarizados con las hormigas, las moscas, los mosquitos, las abejas... Pero en el mar, todos son seres absolutamente desconocidos, al verlos todavía nos sorprenden. Mi misión es dar a conocer ese tipo de vida, ya dicen los científicos que el futuro de la Humanidad pasa por los recursos de los océanos".
Joan Costa. | Malena Carbonell / WPP
Costa (Ibiza, 1968) tomó la foto ganadora a bordo del Hespérides, donde trabajó durante meses como fotógrafo oficial de la expedición Malaspina documentando los organismos de plancton que pescaban los científicos. El ibicenco calcula que en toda la expedición debió de sacar cerca de 25.000 fotografías; solo el día que hizo el disparo ganador, alrededor de 300.
El trabajo a bordo no es sencillo. La jornada comienza a las 4 de la mañana, con la primera pesca del día, y se prolonga con reuniones y conferencias hasta altas horas de la noche. "Imagina la dificultad de conseguir una imagen bien de foco y de luz a bordo de un barco que no para de moverse y donde hay quefotografiar enseguida a los bichos recién pescados, cuando aún están vivos, para que no pierdan el color ni la textura".
"La fotografía es una herramienta magnífica para conocer el mundo, que es la raíz de la curiosidad de fotografiarlo, y a mí me ha permitido viajar mucho, que es otra de mis pasiones, y conocer a mucha gente", continúa Costa, que reconoce el espaldarazo que este premio supone para su carrera y agradece el reconocimiento público al trabajo bien hecho. El aplauso internacional, porque cree, al igual que Aranda, que al sur de los Pirineos aún queda camino por recorrer. "En España, la gente que nos dedicamos a esto somos muy vocacionales. El fotoperiodismo no está bien pagado ni suficientemente valorado. Es una pena que se aprecie más fuera de España. Quizá sea por nuestra cultura y por nuestra manera de ser. Ojalá cambie con el tiempo"
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