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domingo, 6 de enero de 2013

In memoriam un gran fotoperiodista: Enique Meneses

El Ché Guevara, Fidel Castro y Camilo Cienfuegos (arriba a la derecha), en primera línea de fuego durante el combate de Pino del Agua. Foto: Enrique Meneses

Muere el reportero Enrique Meneses

El fotógrafo y redactor español fue el primero en cubrir la revolución cubana en Sierra Mestra

Tuvo una larga carrera en la que trabajó para medios como Life, Paris-Match o TVE

El reportero Enrique Meneses (Madrid, 1929) ha fallecido el domingo por la noche en el Hospital La Paz de Madrid. Meneses, fotógrafo y redactor, fue el primer periodista que subió a las montañas de Sierra Maestra con el Ché Guevara y con Fidel Castro. Además de esa histórica experiencia profesional, desarrolló una larga carrera en la que trabajó para decenas de medios de comunicación, entre otros Televisión Española y las revistas Life y Paris-Match.
La vida profesional de Enrique Meneses englobó en un solo periodista dos eras de un oficio: la antigua época de las máquinas de escribir y la contemporánea de las tecnologías de la información. Su primera nota la escribió en aquellos tiempos pretéritos, en 1947, el día de la muerte de Manolete. Y sus últimos textos y comentarios periodísticos los rubricó en pleno siglo XXI en su blog personal y en su cuenta de Twitter. En unaentrevista concedida en 2011 a EL PAÍS, el fotoperiodista, un convencido de los beneficios potenciales de las nuevas tecnologías para su oficio, explicaba simplemente que con una herramienta u otra -máquina de escribir o computadora, tuit o telegrama- él continuaba haciendo ahora lo mismo que en toda su vida: "Yo sigo trabajando, no he dejado de escribir ni un día desde que tenía 15 años".
El tuitero octogenario Enrique Meneses, un periodista que pasados los ochenta años aún tuvo el ánimo y la capacidad de adaptación suficientes para convertirse en una referencia en esta red social, donde lo seguían casi 10.000 personas, era el mismo Enrique Meneses que el joven que logró burlar el control de los militares del dictador Batista para poder ser el primer reportero extranjero en llegar a los campamentos de los barbudos de Fidel Castro. De su experiencia con los guerrilleros salieron tres números de la revista Paris-Match sobre la revolución que se gestaba en la isla, publicados entre marzo y abril de 1958, un año antes del derrocamiento de Batista.
En una nota que escribió en su blog, el incombustible Meneses recuperaba una vez más sus recuerdos sobre los jóvenes subversivos que conoció entonces y que luego hicieron historia. El Ché se movía poco de su campamento. Fidel y él propio Meneses dormían "en hamacas superpuestas protegidas de la lluvia nocturna por un plástico común". Raúl Castro apostaba por el comunismo soviético y el comandante Guevara por el "pragmático comunismo chino". Aparte de las entregas de Paris-Match, Enrique Meneses publicó dos libros sobre el número uno de la revolución cubana: Fidel Castro (Ed. Afrodisio Aguado, 1966) y Castro, empieza la revolución (Espasa Calpe, 1995).
Enrique Meneses, cuyo cuerpo será velado este lunes a partir de las diez de la mañana en el tanatorio Norte de Madrid, sufría desde hace doce años una obstrucción pulmonar que lo obligaba a valerse de tubos de oxígeno para respirar. Del problema nació una metáfora con la que se tituló recientemente un documental sobre su vida ideado por la periodista Georgina Cisquella: Oxígeno para vivir. De la generación Mágnum a la generación 2.0, una película que comienza con una definición de Meneses sobre sí mismo: "Yo siempre digo que tengo sangre de tinta... y un poco de güisqui".
Así se veía en retrospectiva el antiguo director de la edición española de la revista Playboy -en tiempos en que sus paisanos apenas empezaban a aprender "el alfabeto del sexo", como dijo en una entrevista con la revista Jotdown-. El prolífico Enrique Meneses, corresponsal en Oriente Medio y en India, director del programa A toda plana de Televisión Española, creador y director de Los Aventureros en Radio Nacional, autor de libros como Nasser, el último faraón (Prensa Española, 1970),Escrito en carne (Planeta, 1981) o Hasta aquí hemos llegado (Ediciones del Viento, 2006), Premio de Honor Cirilo Rodríguez en 2010, fue un reportero activo que recorrió el mundo con un plan de trabajo sencillo: "Ir, ver, anotar, grabar, volver y contarlo".
El histórico reportero tuvo una vida variopinta en la que fumó habanos en la sierra con Fidel Castro, corrió por la avenida de los francotiradores de Sarajevo, charló en francés con Farah Diba, la última emperatriz de Irán, y tuvo muchas otras experiencias llevado por su dinámica personalidad, un carácter que marcó su vida y su modo de entender el oficio. Una manera de ser que dejó postulada como un principio existencial en el décimo y último punto de su Decálogo del aventurero.
Si eres un auténtico aventurero, sé fuerte con los fuertes y débil con los débiles. Y así, como decía Rudyard Kipling, te podrás llamar hombre.

martes, 25 de diciembre de 2012

Cazadores de estrellas

Una de las fotografías incluídas en 'Famous'. | YouTube.

Cazadores de estrellas

Una de las fotografías incluídas en 'Famous'. | YouTube.
Bruno Mouron (París, 1954) y Pascal Rostain (Brest, 1958) son dos de lospaparazzi más reputados del mundo. Desde que coincidieron en los 70 en la redacción de la revista Paris-Match, forman una pareja artística que casi no tiene rival cuando se trata de conseguir exclusivas.
Curtidos durante años en el reporterismo gráfico duro, un buen día pasaron de cubrir guerras o escarbar en el submundo de la prostitución y las drogas a perseguir figuras del cine, la música, la moda, la política o la realeza. Por razones de índole práctico, en esta profesión se suele trabajar siempre a dúo. Mouron y Rostain se entendieron tan bien desde el principio que, tras diez años proporcionando scoops al más famoso semanario galo, decidieron independizarse y crear su propia agencia, Sphinx.
En 2009, la editorial Robert Laffont les convenció para explorar sus archivos y publicar una selección personal de sus instantáneas más famosos acompañadas de numerosas tomas inéditas en un libro de gran formato titulado 'Famous' que han tardado tres años en hacer y del cual se exhibieron los originales el pasado otoño en el Palais de Tokyo y en la A Galerie de París.
La fama alimenta cada página de este manual del fotoperiodismo people, donde vedettes del séptimo arte, princesas rebeldes y rockeros con galones nos muestran su faceta más íntima o su gesto nunca visto en unas imágenes en blanco y negro que recorren Nueva York, París, Londres, Los Ángeles o La Riviera a través de infinitas fiestas e inauguraciones, paseos en coche, en moto, en barco o escenas de baile, de tenis, de playa.
"No lo llames fotos robadas porque muchas de ellas no los son", me explica Bruno Mouron. "En aquellos tiempos había otra forma de vivir y de hacer las cosas en este oficio. Era la auténtica dolce vita como la describió Fellini y llegaba a crearse cierta complicidad y respeto entre el fotógrafo y las estrellas".
Pregunta: ¿Ustedes siempre quisieron dedicarse a esto?
Respuesta: En realidad no. Yo estudié Cine y soñaba con retratar animales. Mientras que Pascal hizo una escuela de comercio. A mí me influyó un libro de Cristiano Brincourt y Michel Leblanc titulado “Les Reporteurs”, que explica el trabajo de fondo de un reportero de exclusivas: del desafío de planificar un viaje al seguimiento de un tema, de trabajar y de traer de vuelta las imágenes pertinentes. Pero si le preguntas a Rostain te dirá que después de hacer el servicio militar, se fue a Chad para fotografiar la guerra civil, soñando con emular las hazañas de Erich Salomon, Weegee o el intrépido Tintín.
P:¿Qué virtudes hay que tener para ser un gran paparazzi?
R: Velocidad, paciencia, ingenio, capacidad de adaptación, astucia, instinto...
P:¿Es verdad que el cazador de estrellas se pasa la vida esperando que aparezca la presa?
R: Así funcionan muchos fotógrafos de prensa. Los reporteros gráficos hacen, además, una labor previa muy seria de documentación. En este trabajo, lo esencial es tener una buena fuente de la que te fíes y que nunca te falle.
P: Orson Welles saliendo de Maxim's en 1982, perseguido por los flashes dentro de una limusina, François Mitterrand paseándose por los muelles del Sena con su perro labrador Nil en 1981, Michael Jackson, enmascarado y con sombrero negro, por un calle de París en 1999... ¿Cuáles de estas imágenes les traen mejores recuerdos?
R:Cada una tiene su historia. La foto del príncipe Carlos con Lady Di fue la primera que se les hizo cuando su relación era todavía secreta. Nos colamos en una fiesta, vestidos de esmoquin y con una pequeña cámara oculta en el bolsillo. En cuanto sacamos varias instantáneas, el quipo de seguridad nos pilló, nos acompañó fuera, nos requisó los negativos y nos echó con gran flema británica. ¡Afortunadamente no se dieron cuenta de que les dimos en cambiazo con el carrete!
P: ¿La de Carlos y Diana ha sido su exclusiva mejor pagada?
R: No. Esa fue la del topless de Estefanía de Mónaco en una playa de Mauricio. Pascal y yo estuvimos tres meses buscándola por la isla hasta que la encontramos. Lo que se ve en la imagen es a una chica normal de 18 años tomando el sol sin la parte superior del biquini, como el resto de las chicas de su edad. A comienzos de los 80, la revista italiana Novella 2000 nos pagó el equivalente a lo que ahora serían 150.000 euros. “¡Es el precio de un Ferrari!”, se quejaba el director. “¡Son las tetas de una princesa!”, le respondimos.
P: ¿Qué opina del escándalo que ha provocado este año el topless de Kate Middleton?
R: Es todo una exageración. Primero, no veo nada ofensivo en las imágenes que han circulado, que muestra a una chica joven con un cuerpo bonito, tomando en sol junto a su marido. Segundo: los ingleses piden la cabeza del paparazzi que ha conseguido el scoop. Eso me parece bochornoso, si haces topless te arriesgas a que te pillen. Aquí la seguridad ha fallado y los responsables de comunicación no han sabido hacer su trabajo. Y tercero: lo más escandaloso que todo es que este tema sea portada de los telediarios y los periódicos con todas las cosas graves que están ocurriendo en el mundo: la guerra de Siria, la crisis económica...
P: ¿En “Famous” están las fotos que han hecho su leyenda?
R: Están algunos de nuestros más célebres reportajes. Pero no necesariamente la foto que se publicó entonces, porque la elección de la mejor toma nunca puede ser la misma para una revista que para un libro o una expo.
P: ¿Por qué todo el libro es en blanco y negro?
R: Para mostrar la elegancia de una época y de unos personajes.
P: ¿Cree que esa época ya no existe más?
R: Es muy probable. Entre los años 70 y 80, ser una celebridad era todo un art de vivre, una actitud, una elegancia. Y eso se ve en las imágenes que integran el libro: estrellas relajadas, naturales, divertidas... que se comportan como tales hasta en la forma de respirar, de caminar, de mostrarse. Una vez alcanzado el estrellato, las figuras de aquellos tiempos permanecían en ese rol hasta su muerte. Hoy los reality-shows convierten a desconocidos en famosos de un día para otro y más tarde los condenan al olvido, dejándoles a veces muy tocados. Las celebridades se fabrican, se planifican. Te citan en casa que no son suyas y posan con ropas y joyas que les han prestado. Todo es falso.
'Famous', de Bruno Mouron y Pascal Rostain, está publicado en Francia por Ediciones Robert Laffont.